lunes, 30 de agosto de 2010

Tony Melendez



Era un momento inolvidable el 15 de septiembre de 1987, él tocó su guitarra para el papa Juan Pablo II en Los Ángeles, California. Nacido sin los brazos, él presento una canción conmovedora llamada “Never be the same”. Cuando el papa se le acercó al escenario para besarlo en agradecimiento, se reflejaron los sentimientos del país entero.


“Never be the same” fue la canción apropiada para el momento, porque esos pocos momentos cambiaron la vida de Tony Meléndez y trajeron sus capacidades como guitarrista en la atención nacional. Este parece ser el lugar apropiado para un hombre que ha pasado su vida confiando en sí mismo y de su capacidad.