Queremos compartir con Uds. la historia de nuestro hijo Mariano, de 2 años de edad.
Nuestro hijito, luego de un embarazo esplendido, sin haberse detectado nada durante el mismo, nació con “Agenesia de pie derecho”. Cuando nos lo comunicaron no podíamos entender que había sucedido, ¿por qué?, ¿en qué nos equivocamos?, ¿qué habíamos hecho mal? ¿Qué había pasado dentro de la panza sin que nos percatáramos de eso? Uno no se imagina a ningún niño sin un pie, y menos su propio hijo.
Esa noche pensamos desde que zapatito le pondríamos hasta las cuestiones existenciales más profundas, concluyendo en que esa agenesia era un signo de amor, que eso nos mantendría unidos como familia. La falta de su pié nos fortaleció.